︎Artículo publicado en la sección Lifestyle de la versión digital de Forbes España
25 de octubre de 2017
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Marina Abramovic o el “mindfulness” llevado al arte
Aquellos que alguna vez se hayan sentido atraídos por la técnica del ‘mindfulness’ sabrán que se basa en pequeñas prácticas enfocadas a adquirir un control muy avanzado de la actividad mental. Así, el ‘mindfulness’ pretende hacernos capaces de alejar pensamientos referidos a experiencias pasadas o a proyecciones futuras, para poder saborear el presente con toda su intensidad. Los primeros ejercicios que suelen proponerse a los que se inician en este camino son tareas tan sencillas y cotidianas como disfrutar del acto de comer una mandarina, concentrándonos totalmente en esto: sentir la textura durante el pelado, el sabor, el olor… para dejar a un lado todo lo demás. Otras, como apreciar el tacto de una pasa en la boca, también sirven como tareas iniciáticas para domar nuestra mente.
Fue allá por los años 70 cuando las Universidades norteamericanas comenzaron a prestar atención a prácticas budistas relacionadas con la ‘atención plena’ del presente o el mindfulness. Desde entonces su popularidad no ha dejado de aumentar.
Y cuando hace unos años la artista de performance Marina Abramovic mostró al mundo cómo se debía beber un vaso de agua, apreciando intensamente toda sensación física del acto, no podría haber estado más en sintonía con la práctica budista. En realidad, Abramovic ha desarrollado su carrera de la mano de prácticas de atención a la experiencia inmediata. Empujando siempre los límites del cuerpo y la mente, Abramovic ha buscado siempre desafiarse tanto a ella misma como a los participantes de sus performances. Emocional, intelectual y físicamente [...]
Aquellos que alguna vez se hayan sentido atraídos por la técnica del ‘mindfulness’ sabrán que se basa en pequeñas prácticas enfocadas a adquirir un control muy avanzado de la actividad mental. Así, el ‘mindfulness’ pretende hacernos capaces de alejar pensamientos referidos a experiencias pasadas o a proyecciones futuras, para poder saborear el presente con toda su intensidad. Los primeros ejercicios que suelen proponerse a los que se inician en este camino son tareas tan sencillas y cotidianas como disfrutar del acto de comer una mandarina, concentrándonos totalmente en esto: sentir la textura durante el pelado, el sabor, el olor… para dejar a un lado todo lo demás. Otras, como apreciar el tacto de una pasa en la boca, también sirven como tareas iniciáticas para domar nuestra mente.
Fue allá por los años 70 cuando las Universidades norteamericanas comenzaron a prestar atención a prácticas budistas relacionadas con la ‘atención plena’ del presente o el mindfulness. Desde entonces su popularidad no ha dejado de aumentar.
Y cuando hace unos años la artista de performance Marina Abramovic mostró al mundo cómo se debía beber un vaso de agua, apreciando intensamente toda sensación física del acto, no podría haber estado más en sintonía con la práctica budista. En realidad, Abramovic ha desarrollado su carrera de la mano de prácticas de atención a la experiencia inmediata. Empujando siempre los límites del cuerpo y la mente, Abramovic ha buscado siempre desafiarse tanto a ella misma como a los participantes de sus performances. Emocional, intelectual y físicamente [...]